Se considera una piel sensible a una piel que reacciona de manera exagerada ante factores internos o externos que generalmente no afectarían a pieles normales, como, por ejemplo: cambios de temperatura, el frío, la contaminación, el calor, el agua y ciertos productos. Los síntomas más comunes de una piel sensible es el enrojecimiento, purito, ardor o picor.

PASO 1: LIMPIADOR

PASO 2: TÓNICO

PASO 3: SERUM

PASO 4: HIDRATANTE

PASO 5: PROTECTOR SOLAR

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